
La estructura organizativa de una empresa es un diagrama visual que muestra sistemáticamente los roles, las autoridades y las responsabilidades asignadas y organizadas en los diferentes niveles. Es el esqueleto que ayuda a determinar cómo los departamentos y las personas colaboran para alcanzar los objetivos comunes de la empresa.
En esta estructura, el poder y la toma de decisiones pueden organizarse en dos direcciones principales:
Estructura centralizada: el poder se concentra en el nivel directivo superior, que toma la mayoría de las decisiones y controla de cerca el trabajo de los departamentos.
Estructura descentralizada: el poder de toma de decisiones se distribuye entre los niveles de gestión y los departamentos, lo que les permite ser más proactivos y flexibles en su trabajo.
La elección entre estos dos modelos depende de muchos factores y es una decisión estratégica, que afecta a la eficiencia operativa y la adaptabilidad de la empresa.
Este es el modelo tradicional y popular, en el que la empresa se divide en departamentos en función de las funciones especializadas de cada departamento, por ejemplo: Producción, Ventas, Marketing, Contabilidad, etc. Cada departamento está dirigido por un gerente, quien es responsable de reportar a la alta dirección de la empresa.
Ventaja:
Alta especialización: concentre los recursos en áreas específicas de especialización, ayudando a los departamentos a maximizar sus capacidades.
Eficiente y rentable: Permite a las empresas operar de manera más eficiente al optimizar los recursos disponibles y capacitar fácilmente al personal especializado.
Desventajas:
Rigidez: Este modelo carece de flexibilidad y puede reaccionar lentamente a los cambios del mercado.
Conflicto y falta de cohesión: Los departamentos tienden a trabajar de forma independiente, lo que genera falta de comunicación y cooperación, creando "organizaciones aisladas" y conflictos internos.
Este modelo divide la empresa en unidades independientes según la ubicación geográfica de sus operaciones. Cada una de estas unidades controlará sus propios recursos y operará como una empresa independiente para satisfacer las necesidades específicas del mercado local.
Ventaja:
Mejor servicio al cliente: Las divisiones geográficas pueden tomar decisiones más independientes y flexibles para satisfacer las necesidades específicas de los clientes en cada región.
Aprovechamiento de los recursos locales: permite a las empresas explotar las ventajas de los recursos humanos y los mercados locales, al tiempo que supervisan fácilmente el rendimiento en cada región.
Desventajas:
Duplicación de recursos: Los departamentos pueden duplicar las funciones de los demás, lo que provoca un desperdicio de recursos.
Dificultad en el control centralizado: Las decisiones descentralizadas pueden conducir a un control difícil y a una competencia interna entre regiones.
Por ejemplo: corporaciones multinacionales como General Electric, Coca-Cola o agencias gubernamentales con redes extensas como el Departamento de Impuestos de Hanoi o la Corporación de Taxis Mai Linh.
Este es un modelo híbrido que combina elementos de estructuras funcionales y de proyectos. En este modelo, los empleados pueden reportar a dos o más gerentes, por ejemplo, un gerente funcional y un gerente de proyectos.
Ventaja:
Alta flexibilidad: mejora la coordinación y la comunicación entre departamentos, lo que permite un ajuste y una asignación de recursos más sencillos a proyectos específicos.
Desarrollo profesional: Los empleados tienen la oportunidad de trabajar en una variedad de proyectos, lo que les ayuda a ampliar sus habilidades y desarrollar conocimientos profesionales rápidamente.
Desventajas:
Responsabilidades poco claras: pueden causar conflictos de poder y responsabilidad cuando los empleados reportan a múltiples niveles de gestión.
Decisiones lentas: Las decisiones deben pasar por múltiples niveles, lo que ralentiza el avance del trabajo.
Este modelo cuenta con poca o ninguna gerencia intermedia entre los líderes y los empleados. Otorga mayor autonomía y poder de decisión a los empleados, creando un ambiente de trabajo abierto y flexible. Este modelo es adoptado frecuentemente por startups y pequeñas empresas.
Ventaja:
Rapidez y eficiencia: La toma de decisiones es rápida, fomentando la creatividad y una alta adaptabilidad.
Ahorro de costes: reducción de costes de gestión debido a menos niveles de gestión.
Desventajas:
Responsabilidad ambigua: puede generar una falta de claridad sobre la autoridad y la responsabilidad, lo que dificulta que los empleados sepan a quién reportar.
Difícil de escalar: Este modelo es difícil de mantener de manera efectiva cuando la empresa crece más allá de su estado inicial.
Para elegir el modelo organizativo adecuado, las empresas deben considerar cuidadosamente los siguientes factores:
Objetivos y estrategia empresarial: La estructura organizativa debe ser una herramienta para la implementación exitosa de la estrategia empresarial. Si la estrategia se centra en la expansión del mercado, un modelo geográfico será eficaz. Si el enfoque se centra en la innovación de productos, un modelo funcional puede ser más apropiado.
Tamaño y etapa de desarrollo: Las empresas emergentes a menudo prefieren un modelo plano por su flexibilidad y velocidad, mientras que las grandes corporaciones necesitan una estructura más compleja para gestionar eficazmente un aparato engorroso.
Entorno empresarial: En un entorno estable, una estructura rígida puede funcionar bien. Por el contrario, en un entorno competitivo y en constante cambio, una empresa necesita una estructura flexible y descentralizada para poder reaccionar con rapidez.
Características de la industria y la tecnología: Las empresas manufactureras pueden optar por un modelo funcional, mientras que las empresas de tecnología pueden adoptar modelos más flexibles, utilizando alta tecnología para simplificar el aparato de gestión.
Cultura corporativa y recursos humanos: Si el personal es altamente cualificado, automotivado y creativo, un modelo descentralizado o horizontal funcionará bien. Por el contrario, un equipo que requiere una supervisión estrecha se adaptará mejor a una estructura más centralizada.
Alphabet (empresa matriz de Google): Un ejemplo clásico de estructura divisional. Alphabet es la empresa matriz que gestiona filiales como Google Search, YouTube, Android, Google Cloud y otros proyectos experimentales. Cada una de estas filiales opera de forma independiente con su propio director ejecutivo y equipo ejecutivo, lo que permite a Alphabet gestionar eficazmente una cartera diversificada de negocios.
Spotify: La empresa ha desarrollado un modelo organizativo ágil y distintivo, denominado «Modelo Spotify», que equilibra la autonomía de los equipos pequeños con las necesidades de coordinación de una organización más grande. El modelo utiliza las siguientes unidades:
Escuadrones: Equipos multifuncionales y autónomos que actúan como “mini-startups” centradas en una característica específica.
Tribus: Grupos de escuadrones relacionados que se unen para mantener la cohesión.
Capítulos: Grupos de miembros con experiencia similar para compartir conocimientos y mantener estándares de calidad.
Gremios: Comunidades voluntarias donde miembros de diferentes tribus pueden reunirse para discutir un tema de su interés.
Zappos: Esta empresa es famosa por adoptar el modelo "Holocracia", una estructura organizativa horizontal, sin la jerarquía tradicional. Este modelo empodera a los empleados para gestionar y tomar decisiones, promoviendo la creatividad y la flexibilidad. Sin embargo, la transición de una estructura tradicional a este modelo requiere un cambio importante en la cultura corporativa.
Desarrollar la estructura organizativa de una empresa es una de las decisiones estratégicas más importantes que un líder puede tomar. En lugar de adoptar un modelo convencional, las empresas necesitan analizar cuidadosamente factores como los objetivos, el tamaño, el entorno empresarial y los recursos humanos para encontrar el modelo más adecuado. Una estructura organizativa bien diseñada no es solo un diagrama en papel, sino también un motor que ayuda a la empresa a operar con eficacia, adaptarse con flexibilidad al cambio y alcanzar un éxito sostenible en el futuro.